DEA

Según un reporte presentado por la directora de la DEA, Anne Milgram, ante un comité del Congreso de Estados Unidos, los cárteles de Sinaloa y Jalisco representan la mayor amenaza criminal de drogas que el país haya enfrentado hasta ahora. Ambos cárteles cuentan con cerca de 45 mil miembros y tienen una presencia extendida tanto en los 50 estados de Estados Unidos como en más de 100 países alrededor del mundo.

El Cartel de Sinaloa, una de las organizaciones narcotraficantes más antiguas de México, controla diversas regiones del país, especialmente a lo largo de la costa del Pacífico. Además, su huella internacional es la más extensa entre los cárteles mexicanos. El Cartel de Sinaloa se encarga de exportar y distribuir grandes cantidades de fentanilo, metanfetamina, heroína y cocaína en ciudades estadounidenses como Phoenix, Los Ángeles, Denver y Chicago. Sus drogas ilícitas son contrabandeadas principalmente a través de puntos de cruce en la frontera con California, Arizona, Nuevo México y Texas.

El Cartel de Sinaloa cuenta actualmente con más de 26 mil miembros, asociados, facilitadores y corredores afiliados en todo el mundo, con presencia en 19 de los 32 estados mexicanos.

Por otro lado, el Cartel de Jalisco tiene su sede en Guadalajara, Jalisco, y se originó como un derivado del Cartel del Milenio, subordinado del Cartel de Sinaloa. Esta organización también tiene una amplia presencia internacional a través de asociados y corredores en todos los continentes excepto la Antártida. El Cartel de Jalisco contrabandea drogas ilícitas, incluyendo fentanilo, metanfetamina, heroína y cocaína, a los Estados Unidos a través de corredores de tráfico en la frontera suroeste, como Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Matamoros y Nuevo Laredo.

Actualmente, el Cartel de Jalisco cuenta con más de 18 mil 800 miembros, asociados, facilitadores y corredores afiliados en todo el mundo, con presencia en 21 de los 32 estados mexicanos.

Ambas organizaciones criminales tienen un control significativo en la cadena de suministro global de fentanilo, desde su fabricación hasta su distribución, lo que representa un desafío importante para las autoridades de Estados Unidos y México en la lucha contra el tráfico de drogas. La expansión de sus actividades de narcotráfico se ha caracterizado por su disposición a participar en enfrentamientos violentos tanto con fuerzas de seguridad mexicanas como con cárteles rivales.

 

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