Toda América Latina está en conmoción tras el asesinato a balazos del candidato presidencial de Ecuador Fernando Villavicencio este miércoles en la ciudad de Quito, en un acto que ha arrojado luz sobre las intersecciones entre la política y el crimen organizado. Esto ha traído la pregunta de “¿quién estuvo atrás del ataque?”.

Villavicencio, quien había denunciado públicamente amenazas en su contra, aseguraba que provenían de José Adolfo Macías, alias “El Fito”, un capo ecuatoriano relacionado con el cártel de Sinaloa en México.

El ahora difunto aspirante presidencial hizo pública su preocupación el 31 de julio pasado, al revelar que había recibido mensajes de muerte por parte de José Adolfo Macías, líder de la organización criminal conocida como Los Choneros, una banda criminal ecuatoriana ligada al narcotráfico mexicano.

En ese momento, Villavicencio afirmó que estas amenazas eran una confirmación de que su plataforma de campaña había afectado gravemente a estas estructuras criminales, pero mantuvo una postura de valentía: “Esto lo que hace es confirmar que nuestra propuesta de campaña afecta gravemente a estas estructuras criminales y aquí estoy yo dando la cara, no les tengo miedo”, declaró.

La Oficina de la Fiscalía en Ecuador confirmó a través de la red social X la detención de 6 personas posiblemente relacionadas con el atentado, incluido uno de los sospechosos, quien resultó herido en un intercambio de disparos con los guardias de seguridad.

A pesar de su aprehensión y trasladado herido a la Unidad de Flagrancia en Quito, lamentablemente, el sospechoso falleció en una ambulancia de los bomberos en su camino al hospital.

Este trágico suceso resalta la vulnerabilidad de los líderes políticos ante las amenazas provenientes del crimen organizado y sus repercusiones en la sociedad ecuatoriana.

La muerte de Fernando Villavicencio, quien luchaba por un cambio en la nación, subraya la necesidad de abordar de manera integral la presencia y la influencia de los cárteles en la política y la sociedad, así como de garantizar la seguridad de aquellos que buscan contribuir al bienestar de la sociedad a través de la participación política.

El atentado del crimen organizado que le arrebató la vida al candidato presidencial de Ecuador también dejó un saldo de 40 personas lesionadas en el intercambio de disparos.

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