Dulce Castillo
Con el fin de festejar el Día de Muertos, las coloridas calles de Pachuca se llenan de risas, alegría y la energía de los más pequeños al participar en una tradición arraigada: el pedir “calaverita”. Esta costumbre mexicana, que data de generaciones, se ha convertido en una celebración llena de dulces, disfraces y vívidos recuerdos en la capital hidalguense.
Niños y niñas recorren las principales calles de Pachuca, desde el Reloj Monumental, hasta la Plaza Juárez, ataviados con coloridos disfraces que van desde esqueletos hasta personajes famosos, entrando a los negocios y entonando cantos llenos de alegría y entusiasmo. A cambio, los comerciantes les obsequian dulces y golosinas.
Esta tradición se remonta a la época prehispánica, cuando se llevaban a cabo rituales para honrar a los difuntos. Con la llegada de los españoles, esta celebración se fusionó con festividades católicas, dando origen a lo que hoy conocemos como el Día de Muertos, una ocasión para recordar y honrar a los seres queridos que han fallecido.
Las calles de Pachuca se transforman en un ir y venir de niños y niñas, quienes llenos de entusiasmo, esperan en sus canastas, bolsas o cestas, dulces que reciben al pedir la tradicional “calaverita”.
Además de ser una experiencia lúdica y festiva para los niños, esta tradición fomenta la unión entre vecinos y la transmisión de valores culturales, pues las familias preparan dulces y golosinas para obsequiar a los pequeños que tocan sus puertas. Es una oportunidad para compartir, enseñar sobre la importancia de recordar a los seres queridos y celebrar la vida, aun en medio de la pérdida.
Sin embargo, en los últimos años, se ha notado un cambio en esta costumbre. Algunas personas expresan preocupación por la seguridad de los niños al recorrer las calles pidiendo dulces, lo que ha llevado a movimientos locales que buscan alternativas más seguras para mantener viva esta tradición.
A pesar del frio que se siente en la capital, la esencia de la calaverita persiste, llevando consigo la magia y la tradición que hacen de Pachuca un lugar especial durante la celebración del Día de Muertos.
Jair Velazquez
