JORGE LUIS PÉREZ
Hoy viernes terminó la espera para millones de fans de la telenovela colombiana más vista y copiada en todo el mundo, por tanto, la más afamada y con récord Guinnes. 23 años después de la serie original, este 19 de julio se estrena “Betty, la fea: la historia continúa”.
Aunque no todos los mexicanos podrán tener el privilegio de visualizarla de inmediato, pues va por canal de streaming Amazon Prime, hay gran expectación por ver nuevamente reunido al elenco original de la telenovela, encabezado por Ana María Orozco y Jorge Enrique Abello.
La nueva temporada, que en realidad es la tercera entrega, sale por fin con gran parte del cast original. Consta de 10 capítulos en total. Está previsto que cada semana salgan dos episodios. Así que saca cuentas con tus “seis semestres de finanzas en la San Marino”, ya que, si no mueven el día, los lanzamientos serían: viernes 19 de julio capítulo 1 y 2; 26 de julio capítulo 3 y 4; viernes 2 de agosto capítulo 5 y 6; viernes 9 de agosto capítulo 7 y 8; y, 16 de agosto: capítulo 9 y 10.
La sinopsis oficial de esta nueva serie continúa cuenta la historia de la icónica Beatriz Pinzón Solano 20 años después de su casamiento con Armando Mendoza. Mientras que una Betty empoderada y más sabia trabaja duro para reconstruir su relación con su hija adolescente Mila, su relación con Armando comienza a deteriorarse, haciéndola cuestionarse si tomó la decisión correcta hace 20 años”.
Han pasado 23 años. En este tiempo Beatriz Pinzón Solano ha sido presidenta de Ecomoda, esposa de don Armando y madre de una hija, pero su relación matrimonial está atravesando una crisis. Ese es el punto de partida de la historia.
Pese a la belleza y sofisticación que desplegó al final de la original y seguramente en los últimos 20 años, en esta secuela, Beatriz (ya veremos cómo y por qué) vuelve a adoptar el look ya icónico de su personaje: grandes lentes y ropa recatada. En otras palabras, vuelve a ser Betty, la fea.
“Yo creo que Betty siempre, a pesar de todo lo que vivió y lo que atravesó, siempre ha sido una mujer fiel a sí misma y que se permite también equivocarse y tomar riesgos y se entrega –dijo la actriz Ana María Orozco a la agencia AP a propósito de la secuela oficial.
HISTORIA DE LA TELENOVELA COLOMBIANA
Aunque popularmente se dice que esta serie es la temporada dos, en realidad es la tercera entrega: primero salió Yo soy Betty, la fea (emitida de 1999 a 2001); ese mismo año salió Eco Moda (2001), una secuela de 35 episodios, donde se cuentan los primeros años transcurridos después del final feliz de la protagonista, sin embargo, no replicó el éxito de la primera entrega.
Yo soy Betty, la fea, fue calificada por el Libro de Récord Guiness como la más exitosa de la historia de la televisión: fue emitida en muchos países, doblada a 25 idiomas y reproducida en 28 ocasiones en distintos lugares del mundo.
En México estuvo muchos años en TV Azteca y en Netflix, donde constantemente se encontraba en el top 10 de lo más visto.
VERSIONES Y MÁS VERSIONES
Podría decirse que esa ola de adaptaciones, secuelas, parodias y reversiones comenzó en 2001, no mucho después del final de la historia original, cuando el mismo canal RCN, aprovechando la popularidad de la telenovela, estrenó una secuela con el mismo elenco, Ecomoda, sin demasiado éxito, hay que decirlo.
Al año siguiente, también en Colombia, hicieron Betty Toons, una serie animada con los personajes de la telenovela readaptados como niños que conviven en una escuela primaria.
A partir de ahí comenzó a abrirse el multiverso de Betty, la fea y, de pronto el mundo se llenó de “Bettys”.
Se hicieron versiones en países tan disímiles como Rusia, Turquía, Portugal, Bélgica, India, Alemania, República Checa, Filipinas, Israel, Grecia, China, Brasil y Vietnam, entre muchos otros.
Cada una de estas adaptaciones y representaciones del personaje protagónico tuvo, desde luego, sus particularidades geográficas y culturales. Algunas acentuaban el tono de comedia; otras, el melodrama de la historia. A su vez, Betty podía ser extremadamente fea o, más bien, una mujer torpe y retraída.