Dulce Castillo
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador la describió como “quizá la más grande del mundo”, la realidad de su puesta en marcha deja mucho que desear.
El complejo, que pretende abastecer de medicamentos a hospitales y centros médicos en todo el país, inició operaciones con apenas 18 mil piezas de medicamentos. Estos productos llenaron solo parcialmente los anaqueles de algunos espacios dentro de la extensa instalación, que aún se percibe inmensa y vacía.
A pesar de la promesa de acabar con el desabasto, la megafarmacia no parece estar ni siquiera cerca de cumplir con su capacidad real, ya que el almacén está ocupado solo en un 20%. Más de 90 millones de ciudadanos con seguridad social podrán realizar llamadas para solicitar medicamentos, pero hasta ahora no se ha observado ningún vehículo dedicado específicamente al transporte de medicinas.
El espacio, que abarca 45 hectáreas, cuenta con nueve techadas, destacando una bodega de almacenamiento de red seca de 5,500 metros cuadrados para biológicos que pueden permanecer a temperatura ambiente. A pesar de las dimensiones, el almacén parece estar subutilizado, con apenas una decena de empleados realizando tareas diversas.
Aunque en el primer día se documentó el ingreso de 18 mil piezas de medicamentos, se espera contar con mil 438 claves, abarcando así todas las medicinas disponibles. Sin embargo, casi el 80% de los anaqueles luce vacío, evidenciando la falta de abastecimiento.
Tras la inauguración, los ciudadanos tuvieron la oportunidad de recorrer las instalaciones. Mientras algunos expresaban su admiración al presidente, otros externaban dudas sobre la capacidad real de la megafarmacia para solucionar el desabasto.
A pesar de las críticas, el almacén ya cuenta con certificación de la Cofepris, medidas sanitarias, red de extintores, salidas de emergencia y un piso epóxico conforme a los estándares internacionales de salud. No obstante, el área dedicada a la red fría para medicamentos de alta especialidad y los que requieren bajas temperaturas tiene más refrigeradores y megacongeladores vacíos que ocupados.
La Megafarmacia del Bienestar también cuenta con un Centro de Comando, Comunicación, Control e Inteligencia, equipado con un call center de 20 operadores. En las primeras tres horas de operación, se recibieron 200 llamadas de derechohabientes del IMSS, ISSSTE e IMSS-Bienestar que no lograron surtir sus recetas.
A pesar de los desafíos evidentes en su implementación, el presidente López Obrador y su equipo confían en que esta megafarmacia representará una transformación total del sistema de salud en México. Sin embargo, la realidad del primer día de operaciones sugiere un camino lleno de retos para cumplir con esta ambiciosa visión.
Jair Velazquez
