BCE

#Internacional La BCE tomó ayer tres decisiones relevantes, en una mezcla de prudencia y rigidez que, pese a sus incógnitas, el mercado avaló con alzas. La vigilancia de la inflación sobre la estabilidad financiera  ante la situación creada tanto por la crisis bancaria estadounidense como, sobre todo, por la de una relevante entidad suiza, Credit Suisse.

Este buen deseo deberá ser ratificado por la evolución real del sistema bancario en BCE

Las tres decisiones se complementan, aunque en realidad se contrapongan en sus objetivos últimos:

  • Subir otro medio punto adicional sus tipos de interés (hasta el 3,5%; y hasta el 3% el más relevante, la facilidad de depósito).
  • Es la menos convincente porque endurece la situación económica, sobre todo para los hipotecados más endeudados y para las empresas más necesitadas de crédito.

  • El próximo mes y elude comprometerse con excesiva antelación.
  • Dispensar toda la liquidez que sea necesaria para evitar el contagio del sistema financiero.

El banco europeo no se ata las manos:

si la sacudida prosigue no habrá más subidas de tipos, pero puede haber otro criterio si el mercado se apacigua.

El Banco Nacional y la Autoridad de los Mercados Financieros da un apoyo de hasta 50.000 millones al Credit Suisse

Se trata de un histórico banco que ha vivido en los últimos 10 años múltiples dificultades de rentabilidad, gobernanza y rectitud y, entre ellas, descenso de capitalización, pérdidas de 8.900 millones en dos años, huida de ejecutivos o desconfianza de accionistas relevantes, sobre todo saudíes. Este rebote de la crisis de EE UU era la principal causa de inquietud para la estabilidad financiera de la eurozona, dadas las mayores conexiones de varias de sus entidades con la helvética, respecto a las existentes con el Silicon Valley Bank, que ha sido el epicentro de la turbulencia.

 

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