El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, informó este miércoles sobre la detención de más de 1,200 personas en el contexto de las protestas que se han desatado en respuesta a los resultados oficiales de las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo. El Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Maduro como el ganador el lunes, a pesar de que no se había escrutado la totalidad de las actas de votación.
Durante una conferencia de prensa, Maduro se dirigió a decenas de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en Caracas y compartió un video en redes sociales en el que reafirmó su postura. Calificó a los detenidos como “criminales” y “terroristas” entrenados en Perú, Chile, Texas y Colombia, acusándolos de intentar desestabilizar el país.
Reacciones a las protestas en Venezuela
Maduro alegó que “casi el 80 %” de los venezolanos repatriados desde Estados Unidos participaron en los actos de protesta, que se han extendido por varias regiones del país. Estas manifestaciones se intensificaron después de que la oposición, liderada por el candidato Edmundo González Urrutia, alegara que él había ganado por un amplio margen.
El dictador venezolano también había amenazado con un “baño de sangre” en caso de perder las elecciones, lo que ha resultado en al menos 16 muertes, atribuibles a enfrentamientos con colectivos chavistas o la Guardia Nacional. Las violencias y represión durante las manifestaciones han elevado las tensiones y la preocupación internacional.
Reacciones internacionales y observación electoral
En respuesta a las acusaciones de Maduro, el gobierno de Perú ha rechazado las afirmaciones de que el país andino alberga “centros de entrenamiento” para manifestantes antigubernamentales. El gobierno peruano ha lamentado las declaraciones del dictador y ha negado cualquier implicación en los disturbios en Venezuela.
Las protestas comenzaron el lunes, después de que el CNE declarara a Maduro como ganador de las elecciones de Venezuela, a pesar de que la oposición había presentado actas que mostraban a González Urrutia como el verdadero ganador. El Centro Carter, que actuó como observador en las elecciones, declaró que el proceso “no se adecuó” a los estándares internacionales de integridad electoral, y que, por lo tanto, “no puede ser considerado como una elección democrática”.