La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado sobre un alarmante incremento del 58% en los casos de cólera reportados en mayo, alcanzando un total de 46,364 nuevos contagios en 19 países de cuatro regiones.
La Región del Mediterráneo Oriental es la más afectada, con 33,779 casos, seguida por África con 12,504, Europa con 79 y Asia-Pacífico con 2.
Pese a la reducción del 37% en el número de muertes, se registraron 185 fallecimientos, principalmente en África. En 2024, el cólera ha afectado a 194,897 personas y ha causado 1,932 muertes en 24 países. La escasez de vacunas sigue siendo un desafío, aunque la reserva mundial superó el objetivo de emergencia con 6.2 millones de dosis en junio. La OMS clasifica el resurgimiento global del cólera como una emergencia de grado 3, el nivel más alto, y evalúa el riesgo global como muy alto.
La situación en la Región del Mediterráneo Oriental
El mayor número de casos se ha registrado en la Región del Mediterráneo Oriental, con seis países afectados. Esta región ha sido la más impactada tanto en número de casos como en muertes, lo que subraya la necesidad urgente de intervención y recursos.
Desafíos en África
La Región de África, con 12,504 casos en 11 países, también enfrenta una crisis significativa. Las muertes en esta región representan la mayoría de las registradas globalmente, lo que destaca la gravedad del brote en esta área.
La escasez de vacunas contra el cólera
La demanda de vacunas anticoléricas orales (OCV) sigue superando la oferta. A pesar de que la reserva global alcanzó 6.2 millones de dosis en junio, desde enero de 2023, 16 países han solicitado 92 millones de dosis, casi el doble de la producción durante ese periodo. Esto refleja una necesidad crítica de aumentar la producción y distribución de vacunas para controlar los brotes.
La clasificación de la OMS
La OMS ha mantenido la clasificación del resurgimiento global del cólera como una emergencia de grado 3 desde enero de 2023, el nivel interno más alto para emergencias. La organización continúa evaluando el riesgo global como muy alto, dada la cantidad de brotes y su expansión geográfica, junto con la escasez de recursos esenciales.
Es crucial que los esfuerzos internacionales se enfoquen en mejorar la infraestructura sanitaria, aumentar la producción de vacunas y garantizar la distribución equitativa de recursos para combatir el cólera de manera efectiva. La cooperación global y el apoyo a las regiones más afectadas serán fundamentales para reducir la incidencia de esta enfermedad y prevenir futuros brotes.