La ONG sobre desarrollo solidario Public Eye lanzó un informe acusatorio contra Nestlé, la mayor multinacional de la alimentación, por mantener altos niveles de azúcar en productos destinados a bebés en países en desarrollo, a pesar de haber reducido o eliminado esta sustancia en economías más desarrolladas.
Según el estudio elaborado en colaboración con la Red Internacional de Acción para la Alimentación Infantil (IBFAN), Nestlé estaría contribuyendo a convertir en adictos al azúcar a niños de países con menores ingresos. El informe señala que marcas emblemáticas de la compañía, como Cerelac y Nido, contienen azúcares añadidos en sus productos comercializados en países en desarrollo, a diferencia de lo que ocurre en mercados más desarrollados como los de Europa.
Por ejemplo, un producto de Cerelac en Reino Unido o Alemania no contiene azúcares añadidos, mientras que en Tailandia se han detectado hasta seis gramos por porción, en Etiopía 5,2 gramos y en Sudáfrica 4 gramos. Esto revela una política diferenciada por parte de Nestlé en función del poder adquisitivo de los consumidores, lo que ha generado fuertes críticas.
Nestlé, con una cuota global de mercado del 20% en alimentos para bebés, ha sido objeto de escrutinio por parte de la OMS, que en 2022 recomendó prohibir los azúcares añadidos en productos para bebés y niños menores de tres años para combatir la obesidad infantil. Sin embargo, el estudio encontró que el 94% de los productos de Cerelac analizados contenían azúcares añadidos.
En cuanto a la marca Nido, líder en leches de crecimiento, se hallaron azúcares añadidos en el 72% de los productos estudiados en países en desarrollo, con niveles especialmente altos en países como Panamá, Nicaragua, México y Costa Rica.
Ante estas acusaciones, Nestlé se ha defendido asegurando que cumple con las regulaciones locales y los estándares internacionales en materia de nutrición y salud. La empresa también ha destacado que en la última década ha reducido en un 11% la cantidad total de azúcares añadidos en sus productos de cereales a nivel global, y se compromete a seguir disminuyendo estos niveles sin comprometer la calidad, la seguridad ni el sabor de sus productos.
Con información de: Milenio