Preocupa a SSH afecciones por uso de redes sociales y recomienda que los padres de adolescentes se mantengan pendientes porque es el periodo en el cual debe reforzarse su salud mental. Ya que la mitad de las enfermedades comienzan antes de los 14 años y, en la mayoría de los casos, no son detectadas ni tratadas; a veces los afectados tardan hasta 14 años en recibir atención médica y ese retraso pude conducir a otros padecimientos en el futuro.
De acuerdo con Francisco Javier López Morales, coordinador del Programa Estatal de Salud Mental de la SSH, una de las estrategias para favorecer la autoestima y resiliencia en los jóvenes es enseñarles desde pequeños a resolver problemas y fomentarles hábitos saludables como hacer ejercicio, alimentarse bien y dormir lo suficiente.
Afectaciones por redes sociales
Las redes sociales como Facebook, Twitter, YouTube, representan para la población joven, así como para otras generaciones. Una nueva forma de informarse, comunicarse y socializar, no obstante, también implican algunas desventajas que impactan de manera negativa en la salud de los usuarios como: depresión, ansiedad, inseguridad y problemas de sueño.
Respecto a estos últimos, cabe destacar que dormir mal o poco puede causar depresión y problemas físicos como presión alta, diabetes y obesidad. En cuanto a la imagen corporal, es un tema delicado en la adolescencia, una etapa en la que las personas son más vulnerables al rechazo y a lo que piensen los demás.
Datos del Departamento Estatal de Salud Mental y Adicciones indican que, la ansiedad y la depresión son los principales padecimientos que se enfrentan en esa etapa de la vida, por lo que debe ponerse especial atención. Ambos trastornos son ya un problema de salud pública que afecta con mayor frecuencia a las mujeres.
No hay que olvidar que existen otros signos de alerta como son: problemas en sus relaciones interpersonales, aislamiento, ideas pesimistas persistentes. Asimismo, pueden presentarse cambios drásticos en sus hábitos alimenticios y de sueño.
López Morales explicó que en los hombres es más complicado detectar estos problemas, pues para ellos es difícil manifestar sus emociones, y, cuando piden ayuda, la situación puede ser grave, por lo que es necesario reforzar la prevención, promover la salud mental y atender en familia las necesidades de los jóvenes.