En una visita que no se veía desde hace 24 años, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, arribó a Pyongyang y fue recibido con un despliegue espectacular por su homólogo Kim Jong-un. La ceremonia, cargada de simbolismo, incluyó alfombras rojas, guardias de honor y multitudes en la Plaza Kim Il Sung.
Durante el encuentro, Kim Jong-un calificó a Rusia como “el amigo y aliado más honesto”, y ambos líderes firmaron un pacto de asistencia mutua en caso de agresión. Putin resaltó el apoyo de Corea del Norte en la política soberana de Rusia, especialmente en relación con Ucrania.
A pesar de la opulencia de la bienvenida, Corea del Norte enfrenta serias dificultades económicas, exacerbadas por las sanciones y la pandemia. En un gesto simbólico, Putin obsequió a Kim un automóvil ruso Aurus, una daga de almirante y un juego de té. La visita también incluyó una fiesta de té y un concierto de gala.
La reunión ha generado preocupación en Occidente, ya que la alianza entre estos dos países se fortalece en un contexto geopolítico tenso. Kim Jong-un, enfatizó la firmeza de Corea del Norte en responder a cualquier incidente bélico, destacando que el nuevo tratado elevará la relación a un “nuevo nivel de alianza” y contribuirá a la creación de un “mundo multipolar”.
Este desarrollo ha abierto interrogantes sobre las implicaciones del acuerdo en conflictos globales, especialmente la guerra en Ucrania.
🇷🇺🇰🇵 Los 18-19 de junio, por primera vez en más de 20 años, el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, efectuó una visita oficial a la República Popular Democrática de Corea para mantener negociaciones con el líder del país asiático, Kim Jong-un.
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— Cancillería de Rusia 🇷🇺 (@mae_rusia) June 19, 2024