#Internacional Aumento alarmante de la tasa de suicidios entre los jóvenes estadounidenses ha generado
preocupación en todo el país. Según un informe reciente publicado por los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades (CDC), la tasa de suicidios de jóvenes de entre 10 y 24 años ha aumentado
en un 62% desde 2007 hasta 2021.
En 2007, la tasa de suicidios era de 6.8 muertes por cada 100,000 jóvenes, pero para 2021, este número
había aumentado a 11 muertes. Este incremento es especialmente notable, ya que entre 2001 y 2007 la tasa
de suicidios se había mantenido estable.
El informe revela que los adolescentes de entre 10 y 14 años experimentaron un aumento significativo en la
tasa de suicidios, que se triplicó entre 2007 y 2018. Además, en 2020, la tasa de suicidios entre jóvenes de
entre 15 y 19 años superó la tasa de homicidios, lo que plantea serias preocupaciones sobre la salud mental
y el bienestar de esta población.
El impacto de la pandemia de Covid-19 también ha sido evidente en las tasas de suicidio. Entre las personas
de 20 a 24 años, tanto la tasa de suicidios como la de homicidios alcanzaron su nivel más alto en dos décadas durante el período de la pandemia. El año 2021 registró el mayor aumento anual, con un alarmante incremento del 9% en la tasa de suicidios entre los veinteañeros, alcanzando un total de 19.4 muertes por cada 100,000 personas.
Aunque el informe no proporciona razones específicas para este aumento preocupante, los expertos han
señalado varios factores de riesgo que podrían contribuir a este fenómeno. El estrés, especialmente entre
los jóvenes que experimentan presión académica y dificultades emocionales, ha sido identificado como un
factor importante. Además, el impacto negativo de las redes sociales en la salud mental y el bienestar de los
jóvenes ha sido objeto de estudio. La pandemia de Covid-19 también ha desencadenado un aumento
significativo en los niveles de estrés, ansiedad y depresión entre los jóvenes, lo que podría estar relacionado
con el aumento en las tasas de suicidio.
Estos hallazgos subrayan la necesidad urgente de abordar el problema de la salud mental entre los jóvenes.
Es crucial que se implementen estrategias de prevención y se brinde apoyo adecuado a aquellos que están
luchando contra la depresión y el riesgo de suicidio. La concientización sobre los factores de riesgo y la
promoción de entornos seguros y de apoyo son esenciales para revertir esta preocupante tendencia y
garantizar el bienestar de los jóvenes estadounidenses.