Eduardo Sánchez
A finales del 2023, el Gobierno de México llevó a cabo la expropiación de una planta de hidrógeno en la refinería de Tula, Hidalgo, perteneciente a la empresa francesa Air Liquide. La medida se anunció mediante un decreto oficial el pasado 29 de diciembre, y se realizó en favor de Petróleos Mexicanos (Pemex), generando preocupación entre los expertos, quienes advierten que esta acción podría desincentivar nuevas inversiones en el país.
La planta de hidrógeno, propiedad de Air Liquide, ubicada en la refinería Miguel Hidalgo en Tula, será operada por Pemex Transformación Industrial. La expropiación plantea cuestionamientos sobre el clima de inversión en México y sus posibles repercusiones en el ámbito internacional.
Air Liquide, empresa fundada en 1902, inició operaciones en México en 2011 y se destaca por ofrecer soluciones integrales que contribuyen a la sustentabilidad. La compañía opera cuatro unidades de separación de aire y un Centro Regional de Operaciones PG en el país. Se le conoce por suministrar gases industriales a diversas industrias, incluyendo aviación, química, marina, petroquímica y refinerías.
La expropiación de la planta de hidrógeno en Tula ha levantado interrogantes sobre el respeto a los derechos de propiedad y la seguridad jurídica para las inversiones extranjeras en México. La empresa, en su sitio web oficial, destaca su compromiso con la sustentabilidad y ofrece servicios integrales que abarcan desde el suministro de gases industriales hasta tecnologías y servicios relacionados.
Air Liquide ha llevado hidrógeno para la refinería de Tula desde 2017. Se le conoce a esta refinería por albergar uno de los hidrotratadores más grandes de México, utilizando el hidrógeno suministrado para eliminar el azufre del diésel y la gasolina.
La expropiación de la planta de hidrógeno en Tula plantea preguntas sobre las futuras inversiones extranjeras en el país y cómo este tipo de acciones podrían afectar la percepción de México como un destino seguro para el capital internacional. El gobierno enfrentará el reto de equilibrar sus objetivos en la industria energética con la necesidad de mantener la confianza de los inversionistas.
Jair Velazquez
Dulce Castillo
