En un giro preocupante para la política en Hidalgo, el Partido del Trabajo (PT) enfrenta severas críticas y acusaciones que lo colocan en el centro de un escándalo de proporciones significativas, todo ello vinculado estrechamente con el denominado Grupo Universidad y los Sosa Castelán. Según los informes, en Acaxochitlán, la planilla del PT al ayuntamiento está bajo investigación por la autoridad electoral, tras la denuncia de que cinco funcionarios fueron registrados como candidatos a regidores sin su consentimiento.
Este incidente no solo se cataloga como una falta electoral, sino que abarca delitos graves como la usurpación de identidad, la falsificación de documentos y el uso de documentos falsos. Los afectados ya han presentado las denuncias pertinentes ante la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) y están preparados para comparecer ante el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH).
El escenario para el PT se agrava con recientes prohibiciones de la autoridad electoral, que impide a sus candidatos a diputados locales usar frases publicitarias asociadas a la 4T, exclusivas de Morena. A pesar de estas restricciones, varios candidatos del PT han desafiado abiertamente estas determinaciones, generando más controversia y cuestionamientos hacia su conducta ética y legal.
El análisis de los resultados electorales pasados de PT en Hidalgo revela un panorama sombrío. A excepción de la elección presidencial de 2018, donde se beneficiaron del efecto López Obrador alcanzó un 4.45% de los votos, sus porcentajes son consistentemente bajos. En 2016 y 2020, los votos para gobernador apenas superaron el 2%, y en la elección intermedia de 2021 para diputados federales, el PT solo alcanzó el 0.46%.
Este descenso en la credibilidad y apoyo público podría agravarse aún más debido a las asociaciones con figuras polémicas y acusadas de corrupción, como la exalcaldesa de Tepeapulco, Marisol Ortega López, quien recientemente renunció a su candidatura a diputada local por el Distrito 18, tras enfrentar acusaciones por no presentar su declaración patrimonial y por supuestamente haber secuestrado a miembros de su cabildo.
El descontento crece entre las bases y simpatizantes del PT quienes, ante el cúmulo de irregularidades y la mala gestión evidente, podrían comenzar a distanciarse del partido. La estrategia del Grupo Universidad y la familia Sosa Castelán, de aparentemente manipular candidaturas y procesos internos, ha llevado al partido a una situación de vulnerabilidad y descrédito que podría reflejarse de manera definitiva en las urnas el próximo 2 de junio.