Erick Morales
Benjamín Romero, originario de Tulancingo, Hidalgo, ha logrado lo que muchos cineastas sueñan: ser reconocido en un escenario internacional.
Su documental “Máscara”, que explora el misticismo y la tradición de la lucha libre mexicana, fue galardonado con el premio a Mejor Documental en el Paradiso Film Fest, de Palermo, Italia.
Romero, quien concedió una entrevista exclusiva para este medio, vivió en tierras hidalguenses hasta los 18 años, creció rodeado de la cultura de la lucha libre, una pasión que se forjó en su infancia durante los años noventa.
“Crecí con los tradicionales muñequitos de plástico, además de las luces, el ambiente, colores y máscaras”, recuerda con nostalgia. Este arraigo a la lucha libre, influenciado por la figura del icónico luchador “El Santo”, ha permeado en su trabajo como cineasta.
El camino de Benjamín hacia el cine documental comenzó en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, donde estudió Ciencias de la Comunicación.
Fue durante su etapa universitaria que realizó su primer documental, Temasilli, un proyecto que abordaba el impacto de las nuevas tecnologías en las comunidades rurales de Acaxochitlán.
Este trabajo le despertó el deseo de contar más historias a través del cine, llevándolo a estudiar una maestría en cine documental en la Escuela de Artes Cinematográficas.
El documental Máscara, que ha llevado a Romero a obtener reconocimiento internacional, nació como un reto dentro del Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México. Este desafío, conocido como el “Reto Docs”, consiste en crear un documental en 100 horas continuas.
Con un equipo conformado por Erika Balladares en la producción, Vicente Méndez en el sonido, Luis Sánchez como asistente de producción, y Joshua Cruz en la musicalización, Romero se lanzó a capturar la esencia de la lucha libre y el poder simbólico de las máscaras.
Máscara revela la pasión y el orgullo que siente alguien al ponerse una máscara. Es un proceso que transforma a una persona, dándole un poder y una identidad que trascienden el ring.
Este cortometraje destaca por su capacidad para transmitir la mística de la lucha libre mexicana, algo que el equipo logró plasmar en tan solo 12 horas de preproducción, un día y medio de rodaje y una edición contra reloj.
El reconocimiento en Italia fue recibido con gran emoción por el equipo, aunque no pudieron asistir a la ceremonia de premiación. “Nos enteramos a través de redes sociales, el festival nos etiquetó y fue una sorpresa enorme. Tardé un día en asimilarlo”, comenta Romero.
Este triunfo en el Paradiso Film Fest, abrió puertas para que Máscara fuera seleccionado en otros festivales internacionales.
Aunque no hubo un premio económico, el equipo recibirá una estatuilla que certifica su trabajo como el mejor de su clase, compitiendo con seis finalistas.
Máscara estuvo disponible hasta el 9 de agosto en la plataforma Nuestro Cine MX, y ahora se prepara para participar en el Festival Internacional de Cortometrajes de México, Shorts MX, que se llevará a cabo del 1 al 30 de septiembre en diversas sedes del país.
Benjamín Romero nos compartió que no es un extraño en el mundo de la lucha libre.
Anteriormente, había trabajado en el documental A cielo abierto, que narraba cómo los luchadores enfrentaron los desafíos de la pandemia, un deporte que depende de la interacción con el público.
Este antecedente, sumado a su afición por la lucha libre, lo ha llevado a profundizar en este universo, destacando por su enfoque estético y narrativo.
Actualmente, Romero trabaja en un nuevo cortometraje titulado Héroe Clandestino, un proyecto que contará la historia de Aeroboy, una leyenda de la lucha libre mexicana especializada en las luchas de Deathmatch.
Para Romero, el cine documental es una forma de capturar la realidad de manera excepcional, y su pasión por este género lo ha llevado a explorar las historias detrás de personas y tradiciones que merecen ser conocidas por el mundo.
Benjamín Romero, un cineasta que encontró en la lucha libre una fuente inagotable de inspiración, sigue construyendo su camino en el cine documental, guiado por la pasión y el apoyo incondicional de su madre, quien siempre le aconsejó buscar los medios para cumplir sus sueños. Sus referentes, entre los que se encuentran Werner Herzog, Tatiana Hueso, Everardo González y Patricio Guzmán, son testimonio de su compromiso con la calidad y la profundidad en el arte de contar historias.
Dulce Castillo
