Eduardo Sánchez
En un giro escalofriante de eventos, la película “Háblame” ofrece a las audiencias mexicanas un viaje aterrador a través de las consecuencias inimaginables de jugar con fuerzas más allá de nuestro entendimiento.
La trama gira en torno a un grupo de amigos, interpretados por los talentosos Sophie Wilde, Miranda Otto, Joe Bird y Alexandra Jensen, quienes tropiezan con un conocimiento antiguo y prohibido: la capacidad de conjurar espíritus utilizando una mano embalsamada. La emoción y el desconcierto inicial se transforman rápidamente en una obsesión perturbadora por manipular los reinos más allá de la vida y la muerte.
A medida que la película avanza, los límites entre el mundo real y el sobrenatural se desdibujan, y los amigos se encuentran atrapados en un torbellino de emociones y terrores inimaginables. El descubrimiento que los une se convierte en la fuente de su desesperación y lucha por la supervivencia, mientras los espíritus conjurados se vuelven cada vez más poderosos y amenazantes.
Más allá de su intrincada trama de horror, “Háblame” busca explorar temas más profundos y universales. La película no solo muestra los peligros del deseo humano de controlar lo desconocido, sino que también se adentra en el complejo proceso de transición de la niñez a la adultez. En este paso hacia la madurez, los personajes enfrentan riesgos que van más allá de los juegos de la infancia, enfrentándose a consecuencias imprevistas y aterradoras.
Dirigida por los hermanos Danny y Michael Philippou en su ópera prima cinematográfica, la cinta se sumerge en el oscuro mundo de la adolescencia mientras sus protagonistas descubren secretos que desencadenan un terror sobrenatural.
Los directores, conocidos anteriormente por su exitoso canal de YouTube “RackaRacka”, han tomado un enfoque decidido en su primer proyecto cinematográfico.
A través de impresionantes efectos visuales, logran dar vida a un mundo sobrenatural y aterrador que atrapa a los espectadores en una pesadilla compartida. Sin embargo, la película va más allá de las convenciones del género de terror, invitando a la audiencia a reflexionar sobre temas más profundos mientras experimenta el miedo en su máxima expresión.
“Háblame” no solo es un viaje a los abismos de lo sobrenatural, sino también un retrato de la complejidad emocional de la adolescencia y la exploración de límites que desafían la comprensión humana. La película cautiva y aterroriza a partes iguales, recordándonos que el deseo de control y poder puede tener consecuencias inimaginables en un mundo que no siempre se puede entender o dominar.
Jair Velazquez
