El Barcelona ha decidido poner fin a la etapa de Xavi Hernández como entrenador del primer equipo, apenas un mes después de que el presidente Joan Laporta anunciara públicamente su continuidad hasta junio de 2025.
La decisión se debe a un desgaste político y futbolístico que había llevado a un mensaje institucional heterogéneo y a un equipo que no cumplía con las expectativas creadas por la Junta y el propio entrenador.
Xavi, quien había sido el capitán del equipo, expresó su orgullo al dejar el club después de dos años y medio al frente del vestuario, que había sido como una segunda familia para él. Sin embargo, la salida del técnico catalán no estuvo exenta de polémica, ya que se había generado desconfianza entre Laporta y Xavi, quien había sido visto como un escudo para reemplazar a Ronald Koeman en 2021.
La cúpula del Barcelona había detectado un problema en Xavi:
No había logrado hacer el cambio de chip de jugador a entrenador, lo que había llevado a decisiones contradictorias en la comisión de fútbol.
El técnico había perdido fuerza en el club al mismo tiempo que su equipo se debilitaba en el campo, lo que finalmente llevó a su salida.
La complejidad de la relación entre Xavi y Laporta, así como la difícil situación financiera del club, que ahora debe cuadrar sus cuentas para incorporar a su nueva apuesta, Hansi Flick. El coste de despedir a Xavi y su staff técnico se estima en 20 millones, un mal negocio para un club que ya lucha con sus finanzas.
La salida de Xavi es un final de era para el Barcelona, que ahora busca un nuevo rumbo bajo la dirección de Hansi Flick.
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— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) May 24, 2024