El pasado domingo 13 de octubre, la plaza principal de Tetepango fue el escenario de la exitosa Primera Feria de la Barbacoa, un evento que congregó a decenas de pobladores con el objetivo de preservar este platillo típico prehispánico y fomentar la cultura gastronómica regional. Desde las primeras horas de la mañana y hasta la tarde, visitantes de diferentes localidades pudieron disfrutar de una amplia muestra de barbacoa, así como otros alimentos tradicionales como gorditas, tlacoyos, pulque y curados de diversos sabores.
Fomento a la tradición y al comercio local
El alcalde de Tetepango, Enrique Estrada Correz, destacó que este multitudinario evento no solo fue una oportunidad para promocionar la barbacoa del municipio, sino también para reactivar las plazas públicas y fomentar el comercio local.
“La gente cree que solo en Actopan hacen buena barbacoa, y lo que los tetepanguenses queremos dar a conocer es que aquí también se elabora este platillo típico prehispánico. Muchos de nuestros habitantes saben prepararla de manera tradicional y artesanal, tal como lo hacían nuestros antepasados”, explicó Estrada.
Reconocimiento a los barbacoyeros locales
Durante la feria, se celebró un concurso de barbacoa en el que participaron expositores de Tetepango, Ajacuba y Tlaxcoapan, reconociendo a los barbacoyeros de la cabecera municipal y de comunidades como Ulapa y Juandhó. El jurado calificó aspectos como la exposición, el sabor y la cocción de la barbacoa, y el primer lugar fue premiado con un borrego vivo como símbolo de la tradición y el trabajo artesanal detrás de este platillo.
El arte de preparar barbacoa
Uno de los expositores, César Abadía, originario de Tlaxcoapan y perteneciente a una familia de cuatro generaciones dedicadas a la preparación de barbacoa, compartió detalles del proceso de elaboración de este platillo tradicional. Según explicó, la preparación comienza desde el viernes con la selección de un borrego tierno de entre 29 y 33 kilogramos, que se lava cuidadosamente y se lleva al horno aproximadamente a las siete de la noche.
El proceso incluye el uso de pencas de maguey, piedras y una tapa de ramas de mezquite para sellar el horno, que se cubre con hule, costales y tierra para conservar el calor. La cocción lenta, que dura al menos seis horas, permite que la carne adquiera el sabor y la textura característicos de la barbacoa tradicional hidalguense.
“Al otro día, comenzamos a sacar la barbacoa, lista para disfrutar”, comentó Abadía, orgulloso de continuar con la tradición familiar.
Un legado que perdura
La Primera Feria de la Barbacoa en Tetepango no solo sirvió como un espacio de disfrute para los asistentes, sino también como una plataforma para preservar y celebrar la rica herencia gastronómica de Hidalgo. Los pobladores y barbacoyeros reafirmaron su compromiso de mantener viva esta tradición culinaria que ha pasado de generación en generación, fortaleciendo así el patrimonio cultural de la región.