Una nueva cepa del COVID-19, clasificada como “de interés” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha llamado la atención de expertos y autoridades sanitarias a nivel mundial debido a su rápida propagación en diversos países. Esta cepa, descendiente de la variante Ómicron, ha comenzado a circular en México, demostrando su capacidad para contagiar incluso a individuos ya vacunados.
El surgimiento de esta nueva variante plantea desafíos adicionales en la lucha continua contra la pandemia de COVID-19.
En el caso de México, la plataforma Global Initiative All Influenza Data reporta que el primer caso de esta nueva cepa se detectó el 14 de junio de 2023 en la Ciudad de México. Una mujer de 49 años fue ingresada al Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) tras presentar síntomas sospechosos.
La paciente no tenía antecedentes recientes de viaje al extranjero, lo que resalta la posibilidad de transmisión comunitaria de esta variante en el país.
En el mes de julio la OMS clasificó a Eris como “variante bajo control”, que está un peldaño abajo de la clasificación de “variante de preocupación”, esto luego de que a mediados del séptimo mes de duplicaran los casos relacionados a esta subvariante.
La aparición de esta cepa en México es motivo de seguimiento y vigilancia por parte de las autoridades sanitarias. La rápida expansión en otros países subraya la importancia de mantener medidas de prevención, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, especialmente en lugares con una alta concentración de personas.
El avance de esta cepa “de interés” también enfatiza la necesidad de adaptar y ajustar las estrategias de vacunación y contención del virus.
Los expertos subrayan la importancia de mantenerse informados sobre los desarrollos y las recomendaciones de las autoridades de salud para garantizar la seguridad y el bienestar de la población.
La adaptabilidad y la cooperación global siguen siendo fundamentales en la lucha por controlar y superar la propagación del COVID-19.