El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos emitió una alerta horas antes de que la tragedia que provocó el Huracán Otis en Acapulco. A medida que se intensificaba, el gobierno estadounidense optó por cerrar su consulado en Acapulco el miércoles 25 de octubre, además de contactar a sus ciudadanos connacionales en la región y advertirles sobre la inminente llegada del huracán.
Aunque se instó a la aceleración de preparativos para salvaguardar vidas y propiedades, los turistas mexicanos no recibieron ninguna alerta sobre el fenómeno meteorológico que se avecinaba.
El saldo de esta tragedia es devastador: 27 personas perdieron la vida, 4 más permanecen desaparecidas y miles se encuentran damnificadas. La falta de coordinación y la ausencia de protocolos de emergencia adecuados están siendo objeto de intensos debates y críticas por parte de la comunidad internacional.
En el centro de los señalamientos se encuentra la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, pues -según la voz popular- ha demostrado no estar a la altura de las responsabilidades que el cargo solicita en una situación de emergencia como la que vive Acapulco.
En redes sociales y a través de entrevistas a los afectados se ha reprochado continuamente la ausencia de liderazgo de Salgado, con frases como “sólo cuando es época de elecciones bajan a ver al pueblo”.