Claudia Sheinbaum Pardo se convierte en la primera mujer en presidir México, un país que sigue enfrentando grandes desafíos y cambios constitucionales profundos. Este martes, Sheinbaum, de 62 años, asumirá la presidencia en el Congreso de la Unión, en una ceremonia cargada de simbolismo y expectativas.
Un momento histórico para Claudia Sheinbaum y el país
Sheinbaum, exalcaldesa de la Ciudad de México y destacada científica, llega al poder tras una aplastante victoria en las elecciones de junio, donde obtuvo cerca del 60% de los votos. Su elección no solo consolida el legado de López Obrador, sino que también pone a prueba su capacidad para mantener la estabilidad de un país marcado por la violencia y las divisiones políticas.
El presidente saliente, López Obrador, quien sigue gozando de altos niveles de popularidad con una aprobación cercana al 80%, asistió a la ceremonia de toma de protesta en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Su gobierno será recordado por haber iniciado la Cuarta Transformación (4T), un ambicioso proyecto político que ha rediseñado el panorama institucional del país, y cuyo legado Sheinbaum ha prometido consolidar y profundizar.
Continuidad con matices
Mientras López Obrador representó un cambio radical en la política mexicana, enfocándose en los más desfavorecidos y luchando contra la corrupción, Sheinbaum busca la continuidad de estos esfuerzos, pero con su propio estilo. En su primer discurso como presidenta, en la Cámara de Diputados, Sheinbaum detallará sus 100 compromisos de gobierno, que incluyen la ampliación de los programas sociales, la continuación de las reformas constitucionales, y la polémica propuesta de elegir jueces por voto popular.
Uno de los temas más debatidos durante su mandato será la militarización del país. Las reformas constitucionales que López Obrador impulsó, y que Sheinbaum ha respaldado, han dejado huella en las políticas de seguridad, y la nueva mandataria enfrentará críticas sobre el rumbo de estas decisiones, que han generado protestas en distintas ciudades.
Una nueva era en México
El ascenso de Claudia Sheinbaum a la presidencia marca un hito no solo por ser la primera mujer en ocupar este cargo, sino también por lo que representa para el futuro de la nación. A más de 70 años de que las mujeres mexicanas lograron el derecho al voto, su llegada al poder simboliza un avance significativo en la lucha por la igualdad de género.
No obstante, el camino por delante está lleno de retos. La presidenta deberá enfrentar la crisis de seguridad, la incertidumbre sobre la financiación de los programas sociales y los grandes proyectos de infraestructura que aún no han sido concluidos.
Mensajes desde la oposición y el Congreso
La oposición, encabezada por Movimiento Ciudadano (MC), ofreció un mensaje de “sororidad, pero no complicidad” a Sheinbaum. Ivonne Ortega, en nombre de su partido, destacó la importancia de que México tenga una presidenta mujer, pero subrayó la necesidad de un diálogo democrático y de reconciliación nacional tras años de polarización política.
Ortega pidió a Sheinbaum asumir el papel de “reconciliadora en jefe”, y mencionó que espera que la nueva presidenta muestre la misma determinación que tuvo para militarizar la seguridad, en la aprobación de reformas como la jornada laboral de 40 horas y un sistema nacional de cuidados.
Por otro lado, el Partido del Trabajo (PT), uno de los aliados de Morena, expresó su completo respaldo a la nueva presidenta. Reginaldo Sandoval, coordinador de los diputados petistas, destacó que este día es histórico, al ser la primera vez que una mujer asume la presidencia de México. Sandoval aseguró que el PT apoyará a Sheinbaum “al 100%” y que se enfocarán en profundizar la Cuarta Transformación, sin dar “un paso atrás en lo logrado”.
El reto del liderazgo
Claudia Sheinbaum enfrenta grandes expectativas, tanto por su capacidad para mantener la estabilidad política como por la necesidad de impulsar nuevas políticas que refuercen el bienestar social y económico. Su gobierno estará marcado por la continuidad de la 4T, pero también lo vigilaran de cerca los sectores que piden una revisión crítica de las políticas actuales, en especial en temas como la seguridad, la justicia y la sostenibilidad de los programas sociales.
Con la banda presidencial en sus manos y un mandato claro para continuar el legado de López Obrador, Sheinbaum está lista para abrir un nuevo capítulo en la historia de México, uno en el que la equidad de género y la consolidación de los cambios estructurales estarán en el centro de la agenda nacional.