El Senado de la República reeligió la madrugada del miércoles a Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por un segundo periodo de cinco años. La reelección se dio en medio de una fuerte polémica, que incluyó acusaciones de corrupción, falsificación de documentos, parcialidad y omisiones en su gestión, las cuales no frenaron el respaldo legislativo que le aseguraron los votos necesarios para continuar en el cargo.
MORENA RESPALDO A PIEDRA IBARRA
Morena, el partido en el poder, movilizó su “aplanadora legislativa” para respaldar la reelección de Piedra Ibarra en una sesión marcada por la tensión. Aunque varios activistas y defensores de derechos humanos habían solicitado un perfil independiente del Gobierno federal, la mayoría morenista en el Senado logró su objetivo de sostener la continuidad en la CNDH. La reelección de Piedra Ibarra la apoyaron 87 votos, obteniendo la mayoría calificada necesaria; otros aspirantes como Nashieli Ramírez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Ciudad de México, recibió 36 votos, y la abogada Paulina Hernández solo uno.
Desde el inicio de la sesión, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, dejó clara su postura en favor de Piedra Ibarra, describiéndola como “una compañera probada y comprometida”. Sin embargo, el proceso no estuvo exento de controversia. Diversos senadores de la oposición señalaron irregularidades, pues, aunque Piedra Ibarra recibió una de las evaluaciones más bajas entre los candidatos, la incluyeron en la terna final, decisión que generó críticas. Javier Corral, presidente de la Comisión de Justicia, justificó su inclusión alegando que respondía a “cuestiones políticas” y consensos dentro de Morena.
Uno de los puntos álgidos fue la insistencia de la oposición en que se respetara el voto secreto, mientras que algunos senadores de Morena y sus aliados mostraron públicamente sus papeletas, evidenciando su apoyo a Piedra Ibarra. Ricardo Anaya, del Partido Acción Nacional, pidió garantías para preservar la secrecía y la transparencia del proceso, mientras que Clemente Castañeda, de Movimiento Ciudadano, aseguró que, sin esos principios, el proceso “no podía considerarse democrático”.
POLÉMICA EN LA REELECCIÓN DE ROSARIO PIEDRA
La controversia no es nueva para Piedra Ibarra, quien ha enfrentado duras críticas desde su primera elección en 2019. Durante el proceso de reelección, antiguos trabajadores de la CNDH acusaron su gestión de ser corrupta y negligente. Asimismo, en su primera postulación, fue cuestionada por presentar una carta de apoyo que supuestamente firmó el activista Raúl Vera, quien posteriormente desmintió su autoría, generando un escándalo que Piedra Ibarra intentó mitigar asegurando que se trató de un error involuntario.
En el debate de este miércoles, Alejandra Barrales, de Movimiento Ciudadano, cuestionó la selección de los finalistas: “Le estamos mintiendo a la gente, porque los tres perfiles más idóneos no conformaron esta terna”. Por su parte, Claudia Anaya, del PRI, criticó que el largo proceso de selección hubiera terminado en “una imposición”.
Algunos miembros de la oposición atribuyeron la sólida defensa de Rosario Piedra Ibarra a una orden de “quien se fue al rancho”, en alusión a la relación de amistad entre Piedra Ibarra y el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, al ser cuestionada sobre la reelección, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió escuetamente: “Es una decisión del Senado la que se tomó ayer y hasta ahí”.