Jair Velazquez
El día de hoy, martes 01 de octubre, Claudia Sheinbaum Pardo se convirtió en la primera mujer en asumir la presidencia de México, un acontecimiento histórico que queda grabado en la memoria del país. Durante una emotiva ceremonia celebrada en el Congreso General, Sheinbaum rindió protesta para el periodo presidencial 2024-2030, consolidando su liderazgo en la nueva etapa de la Cuarta Transformación.
Con una voz firme y decidida, Sheinbaum pronunció el juramento constitucional: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidenta de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la unión, y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande”. En un momento cargado de simbolismo, la histórica Ifigenia Martínez le colocó la banda presidencial, que fue entregada previamente por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
En su primer discurso como mandataria, Claudia Sheinbaum agradeció a los representantes de los Poderes Judicial y Legislativo, así como a los invitados internacionales presentes. Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia fue su despedida a López Obrador, a quien se refirió como “el mejor presidente que ha tenido nuestro país” y reconoció su papel fundamental en la “revolución de las conciencias” que dio inicio a la Cuarta Transformación.
Durante su intervención, la nueva presidenta enfatizó que su mandato se enfocará en la continuidad del movimiento iniciado por López Obrador, describiendo su gobierno como el “segundo piso” de este proyecto. “Estamos aquí para consolidar los avances sociales, económicos y políticos alcanzados durante los últimos seis años”, afirmó.
Uno de los compromisos centrales de Sheinbaum es la preservación y expansión de los programas sociales, que considera fundamentales para apoyar a los sectores más vulnerables. Aseguró que las pensiones y otros beneficios seguirán siendo una prioridad, manteniendo su estatus constitucional.
En su discurso, Claudia Sheinbaum también presentó algunos de los temas prioritarios de su administración. Entre ellos, destacó la presentación de planes para el sector energético, con el objetivo de garantizar la soberanía energética del país. Además, subrayó la necesidad de alcanzar la soberanía alimentaria, un desafío crucial para mejorar la seguridad alimentaria en México.
La construcción de nuevas infraestructuras ferroviarias fue otro aspecto central de su propuesta, destinada a mejorar la conectividad y generar empleos. La presidenta prometió una revisión exhaustiva de las concesiones otorgadas para asegurar un desarrollo del transporte equitativo y sostenible.
El cuidado del agua se posicionó como una de las prioridades de su gobierno, enfatizando la necesidad de implementar políticas que aseguren un uso sostenible de este recurso vital. Sheinbaum se comprometió a combatir la contaminación y proteger el medio ambiente, garantizando un desarrollo sustentable.
Asimismo, la presidenta hizo hincapié en la importancia de la ciencia y la tecnología como motores de desarrollo, y anunció políticas para fomentar la innovación y creatividad en todos los sectores de la sociedad. “En México somos trabajadores y creativos”, afirmó, destacando que estas cualidades serán esenciales para el progreso del país.
Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, México inicia una nueva era política que busca profundizar los cambios iniciados en el sexenio anterior. Su liderazgo, como la primera mujer presidenta, no solo representa un hito en la lucha por la igualdad de género, sino que también refleja una visión de continuidad con el proyecto de la Cuarta Transformación, orientada hacia una mayor equidad, justicia y desarrollo sostenible.
