Ubicada en la calle Guerrero, Plaza La Fuente emerge como uno de los recintos más antiguos y emblemáticos en la ciudad de Pachuca. Con más de medio siglo de historia, este lugar ha sido testigo de transformaciones significativas que han contribuido a su singularidad en la región.
En el año 1970, el matrimonio conformado por Adrián Del Arenal Arciniega y Elvia Pérez Hernández adquirió una propiedad en la calle Guerrero, una antigua vecindad, con la visión de convertirla en un espacio de innovación comercial y residencial. Decidieron erigir un edificio que albergara locales comerciales y departamentos, configurando así lo que hoy conocemos como Plaza La Fuente.
Esta plaza, compuesta por seis departamentos, ha logrado consolidarse como un enclave para diversos comercios. Entre las áreas de atención, se destacan servicios médicos como odontología, homeopatía, mesoterapia y biomagnetismo, así como consultas de psicología. Además, alberga importantes oficinas, como la Secretaría Técnica del Sistema Estatal Anticorrupción de Hidalgo.
Uno de los negocios más longevos dentro de la plaza es “Mesori”, dedicado a ofrecer prendas de vestir para caballeros, consolidándose como un referente en moda masculina en la zona.
El origen del nombre de la plaza se remonta a una fuente que solía ocupar su espacio central. Actualmente, este lugar es hogar de una paletería que lleva el mismo nombre, un tributo a la historia que yace en cada rincón de este sitio.
Con su rica historia y su constante evolución, Plaza La Fuente no solo es un centro comercial, sino un testimonio vivo del desarrollo de Pachuca a lo largo de los años. Su capacidad para adaptarse a las demandas contemporáneas, sin perder de vista su legado histórico, la convierte en un punto de referencia en la ciudad.
Este icónico espacio comercial continúa siendo un punto de encuentro para residentes locales y visitantes, ofreciendo una amplia gama de servicios y productos que se adaptan a las necesidades de la comunidad.
Plaza La Fuente se mantiene como un símbolo de la fusión entre la tradición y la modernidad, proyectando su legado en cada uno de sus rincones, inspirando así a nuevas generaciones a seguir escribiendo su historia en el corazón de Pachuca.