Eduardo Sánchez
El pasado 23 de diciembre, se evidenciaron los lamentables actos vandálicos perpetrados en la Zona de Monumentos Arqueológicos de Huapalcalco, Hidalgo, específicamente en el montículo VI y el monolito ubicado en la Plazoleta. Tanto el gobierno de Hidalgo como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) expresan su más enérgico repudio ante estos hechos que atentan contra el patrimonio cultural y la memoria ancestral.
En un comunicado conjunto, ambas instituciones calificaron los grafitis como un “atentado al patrimonio cultural hidalguense”, destacando que estas acciones no solo causan daño físico, sino que también representan un menoscabo a la riqueza cultural de la comunidad de Huapalcalco, el municipio de Tulancingo y, en última instancia, de México.
La Zona de Monumentos Arqueológicos de Huapalcalco se declaró como tal tras los esfuerzos por preservar y destacar el legado histórico de la región. Este acto vandálico se percibe como un detrimento al proyecto de nación propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha impulsado la preservación y valorización del patrimonio cultural en el país.
El INAH, en coordinación con el gobierno estatal, ha iniciado procedimientos penales y administrativos de oficio para investigar y determinar las responsabilidades, conforme a lo establecido en la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
Este tipo de acciones no solo comprometen la integridad física de los monumentos, sino que también afectan la relación entre las comunidades y su legado histórico. Se espera que la aplicación de la ley logre identificar a los responsables y que se tomen medidas ejemplares para disuadir futuros actos de vandalismo en sitios de valor arqueológico y cultural.
La comunidad y diversos sectores de la sociedad han manifestado su indignación ante estos hechos, resaltando la importancia de la preservación del patrimonio como parte esencial de la identidad y la historia de las comunidades.
Jair Velazquez
