La crisis de sequía que azota al estado de Hidalgo ha llevado a las presas a experimentar un preocupante descenso en sus niveles de almacenamiento de agua. Según el último informe de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el panorama es desalentador, con un almacenamiento global de las presas al 35%, muy por debajo de lo esperado.
Niveles históricos en descenso
En el corte del mes de abril, las presas en Hidalgo se encontraban al 48.5% de su capacidad, un nivel que ya se consideraba bajo. Sin embargo, la situación ha empeorado aún más, alcanzando el nivel más bajo registrado en los últimos cinco años.
La presa Vicente Aguirre es un claro ejemplo, pues ha disminuido su nivel hasta el 1.3% de su capacidad.
Presas de Hidalgo con mayor afectación
Otras presas también se encuentran en una situación crítica. La presa Taxhimay tiene un 58.2% de su capacidad, mientras que la presa Requena se encuentra al 23.2%. La presa Endhó está al 35% y la presa Rojo Gómez al 39.8%. Estas cifras reflejan la gravedad de la sequía y su impacto directo en los recursos hídricos de la región.
A pesar del panorama general, dos presas han logrado mantener niveles estables. La presa La Esperanza se encuentra al 100% de su capacidad, y la presa Fernando Hiriart Balderrama, ubicada en Zimapán, registra un 79.8% de almacenamiento. Estas excepciones brindan un rayo de esperanza en medio de la crisis.
Sequía extrema y excepcional
La Conagua ha subrayado que los niveles de sequía actuales son los más intensos de los últimos cinco años. Al corte del 15 de mayo, los 84 municipios de Hidalgo registran grados severos de sequía, con el 45.3% del territorio en sequía extrema y el 54.7% en sequía excepcional (D4), la categoría más grave.
Esta situación afecta tanto a las actividades agrícolas como a la disponibilidad de agua potable para la población, lo que exige una respuesta urgente por parte de las autoridades y la sociedad en general.