*El azulejo recientemente develado en la Plaza de Toros Vicente Segura es un testimonio visual de la rica historia taurina de Gutiérrez.
En un emotivo evento en la Plaza de Toros Vicente Segura, Jorge Gutiérrez Argüelles, nacido el 27 de febrero de 1957 en Tula, Hidalgo, fue honrado con un azulejo que relata la destacada trayectoria de su carrera taurina.
Desde su juventud, Gutiérrez se enamoró del mundo del toreo, a pesar de que en su familia se practicaba la charrería. Compartió época juvenil con figuras como Guillermo y Manuel Capetillo, Fermín y Miguel Espinosa “Armillita”, quienes posteriormente tomarían la alternativa.
Su debut como novillero en 1975 en la plaza “La Florecita” de Ciudad Satélite, Estado de México, marcó el inicio de una carrera prometedora. El 27 de julio de 1977, se presentó como novillero en la Monumental Plaza de Toros México, siendo premiado ese mismo año con el Estoque de Plata.
El azulejo recientemente develado en la Plaza de Toros Vicente Segura es un testimonio visual de la rica historia taurina de Gutiérrez. En dicho evento, Jorge expresó su gratitud: “Normal que cuando venga a Hidalgo me sienta como en casa. Acá nací y estoy orgulloso de ser hidalguense.”
Con 45 años de carrera, Gutiérrez es el único superviviente del cartel inaugural de la Plaza Vicente Segura. En sus palabras mencionó, “Es un honor venir a mi tierra y estar con mis paisanos, mi sentimiento y cariño están y estarán aquí siempre.”
Así mismo, destacó la singularidad del reconocimiento en su tierra natal, señalando: “Acá casi no se hacen este tipo de reconocimientos, por lo que es más especial, no alcanzan las palabras para decir todo lo que siento.”
Reflexionando sobre el arte del toreo, Gutiérrez compartió su filosofía: “Hay que saber expresarse para estar acá, porque debemos conocer qué quiere y busca el toro, y qué nos gusta a nosotros. Eso es el toreo, que nos pongamos de acuerdo para hacer la faena.”
Con humildad, reconoció la importancia de buscar siempre la excelencia: “Aquí no siempre se debe estar satisfecho, porque el que toca el techo solo le queda bajar. Siempre hay que buscar el techo en el cielo.” En sus palabras finales, agradeció a Dios por el valor y la fuerza que le brinda en su carrera taurina.