Un capítulo histórico llegó a su fin hoy, mientras la residencia oficial de los gobernadores de Hidalgo, con una antigüedad de aproximadamente 64 años, comenzó su proceso de demolición. El emblemático edificio, que durante décadas albergó a los líderes de la entidad, cederá su espacio para la construcción de módulos de atención destinados a grupos en situación de vulnerabilidad.
Después de un mes de haberse anunciado a los medios la intención de derribar la edificación ubicada en la calle 16 de enero de 1869, entre la avenida Revolución y la calle General Vicente Segura, los trabajos dieron inicio esta mañana. Maquinaria pesada y martillos demoledores marcaron el comienzo de la transformación, desprendiendo el concreto de la estructura histórica.
En un principio, durante su campaña, el gobernador Julio Menchaca Salazar mencionó que la residencia, en su estado original, podría ser aprovechada como albergue o centro de atención para grupos vulnerables. Sin embargo, tras evaluaciones técnicas realizadas por la Secretaría de Infraestructura Pública y Desarrollo Urbano Sostenible (SIPDUS), se determinó que esto no era viable. Como resultado, se optó por la demolición y la creación de una nueva estructura.
Este movimiento marca el cierre de la era de la “casa del gobernador”, como comúnmente se le conocía, y da paso a la visión de Menchaca Salazar de utilizar el espacio para módulos dedicados a atender a sectores de la población en condición de vulnerabilidad.
Asimismo, el gobernador destacó que esta acción aliviará la carga financiera que implicaba el mantenimiento del edificio, ascendiendo a 750 mil pesos mensuales, y subrayó que no tenía intenciones de habitarlo durante su mandato.
La demolición también posee un simbolismo importante, en consonancia con el cambio de régimen en la entidad y como un mensaje de renuncia a los privilegios y la ostentación. Este anuncio, según lo expresado por Menchaca, resalta la intención de marcar un nuevo camino.
De manera significativa, la demolición de la residencia de gobierno se lleva a cabo casi tres semanas antes de conmemorarse el primer aniversario de Julio Menchaca Salazar como gobernador constitucional de Hidalgo. Con este paso, se cierra un ciclo histórico mientras la mirada se orienta hacia un futuro de atención y cuidado hacia los grupos más vulnerables de la sociedad.