La coleccionista oriunda de Pachuca, Elda Janeth Gutiérrez Santander, en entrevista para La silla Rota Hidalgo, confesó que coleccionar Barbies es más que un pasatiempo, una pasión que la ha llevado a adentrarse en un mundo que ella misma compara con una “mafia” donde una vez dentro, no hay vuelta atrás. A sus 46 años, ha acumulado una asombrosa colección de 800 muñecas, que comenzó a construir desde su infancia y que continúa enriqueciendo.
Elda Janeth, es una de las más grandes coleccionistas de Barbies en México, su devoción por estas emblemáticas muñecas comenzó a los 7 años, cuando los Reyes Magos le regalaron su primera Barbie. En aquellos tiempos, eran los años ochenta, y las opciones eran limitadas, pero su amor por estas figuras de plástico creció sin cesar.
Su interés por las Barbies la ha llevado a participar en convenciones en el extranjero para adquirir piezas únicas. Incluso ha ideado un proyecto ambicioso de crear un museo en Hidalgo dedicado exclusivamente a las muñecas Barbie, donde espera exhibir desde las llamadas “Barbies Diosas” hasta ejemplares One of a kind o únicos en el mundo, como su impactante Barbie Exorcista.
“Es como entrar a la mafia, una vez adentro, ya no sales”, comentó Elda, haciendo alusión a la comunidad apasionada y comprometida que rodea a los coleccionistas de Barbies en las redes sociales y grupos en línea. Su dedicación la ha llevado a investigar y compartir información detallada sobre cada una de sus muñecas en sus perfiles en línea, con contenido enriquecido que abarca desde datos históricos hasta características únicas de cada Barbie.
“Cuando me siento a jugar con mis muñecas, es un momento en el que se me olvida todo a mi alrededor”, expresó.
El espacio es un desafío, ya que muchas de sus muñecas están guardadas debido a la falta de espacio en su cuarto dedicado exclusivamente a estas adoradas figuras. “Es un vicio, porque ya llega un momento donde tú ves una Barbie y dices ‘esa no la tengo, la necesito’… pero te debe de gustar”, compartió Elda, reconociendo la naturaleza apasionada y adictiva de su hobby.
En un futuro, Elda tiene el sueño de establecer un museo de Barbies en Pachuca, no solo como un tributo a su propia colección, sino también como una forma de preservar y compartir la historia y el legado de estas icónicas muñecas con los demás.