El Gran Premio de Italia fue uno de los fines de semana más complicados para Max Verstappen y Red Bull Racing en la temporada 2024 de Fórmula 1. El piloto neerlandés, acostumbrado a liderar y dominar las competencias, no pudo entrar en la pelea por las primeras posiciones en Monza. Desde la clasificación del sábado, donde terminó en la séptima posición, Verstappen mostró señales de que el rendimiento del RB20 no estaba en su punto ideal. Esta posición fue la peor para el piloto en lo que va de la temporada.
El día de la carrera, las cosas no mejoraron demasiado. Aunque logró ganar un puesto y terminar sexto, igualando su peor resultado del año en Mónaco, fue evidente que Verstappen no pudo desplegar su habilidad al máximo. El piloto enfrentó problemas de balance en su monoplaza, lo que limitó su capacidad para empujar al límite en las curvas rápidas de Monza. Según Helmut Marko, asesor de Red Bull, el coche de Verstappen reaccionaba de manera impredecible, alternando entre subviraje, sobreviraje e inestabilidad en frenadas.
Estos problemas impidieron que el tricampeón mundial pudiera sacar el máximo rendimiento de su monoplaza. Red Bull ha identificado que estas dificultades están relacionadas con actualizaciones recientes que alteraron el balance del coche. Para Verstappen, quien suele llevar su monoplaza al límite, estas fallas en la configuración representaron un obstáculo importante.
Ahora, el equipo buscará soluciones para revertir estos problemas y volver a los primeros lugares. Marko mencionó que analizarán las actualizaciones del coche para identificar el momento exacto en que tomaron el “giro equivocado”. Con el campeonato aún en juego, Red Bull y Verstappen necesitan ajustes rápidos para retomar su posición dominante.