Eduardo Sánchez
#Internaciónal Relámpagos intensos en Tonga tras actividad volcánica. El Hunga Tonga-Hunga Haʻapai, un volcán submarino ubicado en el archipiélago de Tonga, en el océano Pacífico sur, ha generado alarma entre los científicos tras su violenta erupción en enero de 2022.
Esta explosión fue la más grande registrada desde el Krakatoa en 1883 y tuvo efectos devastadores. Envió ondas de choque a nivel mundial, provocó olas de tsunami generalizadas y arrojó aproximadamente 10 km cúbicos de rocas, cenizas y sedimentos hacia la superficie, según reportó la BBC.
La magnitud de la explosión lo convierte en uno de los mayores estallidos geológicos jamás registrados por instrumentos modernos, lo que ha llevado a mantener su monitoreo en estado de alerta constante.
El estallido provocó daños generalizados en Tonga y un megatsunami con olas de hasta 45 metros de altura, afectando incluso a países como Perú, Chile y Rusia. La vulcanóloga Alexa Van Eaton, del Servicio Geológico de Estados Unidos, señaló que esta erupción tuvo un impacto significativo en el clima global y probablemente también en la atmósfera terrestre, originando una tormenta eléctrica sin precedentes.
La tempestad resultante generó una cantidad de energía mayor que la explosión de un artefacto atómico, alcanzando velocidades nunca antes registradas en la historia. Los científicos quedaron asombrados por la presencia de una “rosquilla” de descargas eléctricas de 280 kilómetros de diámetro, produciendo más rayos que cualquier otra tormenta documentada en la Tierra, incluyendo supercélulas y ciclones tropicales.
Esta erupción submarina también afectó el clima en regiones distantes. Las nubes de cenizas fueron arrastradas por los vientos hasta casi 3 mil km al oeste de Australia, lo que podría afectar los suministros de agua y obstaculizar los esfuerzos de ayuda en esa área.
Abigail Santos
