Eduardo Sánchez
Ecuador enfrenta una escalada preocupante de violencia e inseguridad en sus calles, con un aumento dramático en la tasa de homicidios que ha crecido más del 300% en los últimos siete años.. Este incremento ha llevado a algunos expertos a caracterizar al país como un narcoestado en plena emergencia.
Carla Álvarez, investigadora y docente especializada en temas de seguridad, advierte que Ecuador se encuentra en una situación crítica. En declaraciones, Álvarez destaca que “muchos ecuatorianos quieren mano dura al estilo Bukele”. Se refiere a Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, quien ha implementado políticas de mano dura para combatir el crimen organizado, lo que le ha granjeado altos niveles de popularidad no solo en su país, sino también a nivel internacional.
Las redes sociales se han convertido en un medio para difundir imágenes que ilustran la advertencia hecha por ciudadanos de varios barrios en Ecuador: “quemar vivos a los ladrones que sean atrapados”. Esta amenaza se ha materializado en hechos concretos en las últimas semanas.
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Los linchamientos se están volviendo una constante en algunos barrios de Quito. La población, desconfiando de las autoridades para garantizar su seguridad, ha comenzado a tomar medidas por sí misma, lo que en ocasiones implica golpizas, persecuciones e incluso ejecuciones sumarias de los delincuentes.
En estos barrios, los habitantes han implementado sistemas de alarmas interconectadas que activan en caso de asalto o extorsión. Esta medida ha permitido a la comunidad organizarse y tomar medidas contra los criminales, haciendo que paguen por sus acciones.
La situación de violencia y descontento ciudadano plantea un desafío urgente para las autoridades de Ecuador, que deben buscar soluciones efectivas para abordar la creciente ola de criminalidad y restablecer la confianza de la población en el sistema de seguridad.
Jair Velazquez
